Este texto fue publicado inicialmente en el libro «Lenguajes de Luz: Dos Siglos De Fotografía En Guatemala (1844-2018)», en Guatemala, noviembre de 2018.
Ningún proyecto grande fue fácil, ningún movimiento importante inició sin cierta fricción elemental. Las transformaciones que dejan huella son aquellas que han experimentado, de alguna manera, la fuerza telúrica, la explosión del magma, el deseo ardiente e indetenible de salir a la luz para ser luz. La única capacidad humana que ha podido abrazar la fuerza de los movimientos grandes es el amor. El amor como principio y como motor, como empeño, voluntad, riesgo y conciencia.
Es imposible hablar de fotografía y del ejercicio fotográfico sin pensar en el amor, brújula esencial que guía el camino personal o colectivo hacia la conciencia y la creación. La pasión con que el ojo encuentra el misterio tiene la valentía de apuntarle, verle, exponerle ante el mundo. La pasión que se alimenta de realidades se convierte en oráculo, en sendero.
El presente ejercicio tiene mucho de pasión, búsqueda y convicción. Es un paso más en el proceso de investigar y exponer la historia de la fotografía en Guatemala: sus elementos, recursos, vaivenes y actores, vistos desde las miradas local e internacional. Este documento está formado por las voces y experiencias de artistas, gestores y críticos del arte, iniciando con anotaciones de Clara de Tezanos y Juan José Estrada Toledo, fotógrafos fundadores de La Fototeca, del Festival Internacional de Fotografía GuatePhoto y creadores de innumerables eventos orientados a educar, promover, documentar y celebrar la fotografía en el país.
DOS ARTISTAS EMPRENDEDORES
La historia de estos artistas y emprendedores guatemaltecos ha sido marcada por la fotografía a nivel personal y profesional, abriendo un nuevo panorama de posibilidades para el oficio y generando plataformas para el desarrollo de cientos de personas en campos como el arte, la publicidad, la comunicación y el diseño, entre otros.
Ella, una fotógrafa de profesión, con una visión muy poética de la creación. Él, un fotógrafo con raíces en el mundo de los negocios y el deporte. Dos creativos que encontraron puntos en común y se lanzaron al mundo para proponer ideas, con un espíritu dinámico y un deseo genuino por compartir con el público el poder de la imagen.
Tras concluir sus estudios en Francia y España respectivamente, ambos volvieron a Guatemala en el año 2008 con muchas ideas y proyectos, redescubriendo el mundo fotográfico local, con sus peculiaridades y potencialidades, pero sobre todo con una serie de obstáculos propios del país. Este panorama, un tanto accidentado, se convirtió en un reto para ambos fotógrafos,
impulsándolos a tomar su propio camino a fin de generar dinámicas que les permitieran mantener vivo el ejercicio fotográfico, abriendo canales de educación y promoción para la fotografía.
Este fue el punto de partida para los primeros pasos de La Fototeca, una institución educativa especializada en fotografía que abrió sus puertas en el año 2009, generando una sinergia importante con fotógrafos y artistas visuales reconocidos a nivel local e internacional, cuya experiencia y talento han contribuido a la formación de personas interesadas en el oficio y a la exploración de la imagen.
EL CONTEXTO HISTÓRICO
La década de los 2000 fue un escenario nutrido a nivel artístico en Guatemala, posiblemente como resultado de los procesos desarrollados por generaciones anteriores, y por las iniciativas de artistas que se abrieron paso durante los primeros años posteriores a la firma de los Acuerdos de Paz en 1996. Los festivales de arte funcionaron en aquel entonces como plataformas de expresión para un grupo muy diverso de artistas consolidados y emergentes.
Fue también un período que vio nacer a nuevas y renovadas instituciones dedicadas a la documentación, educación y promoción del arte visual en términos generales. Con sus altibajos, aciertos y desaciertos, el final de esta década marcó el panorama inicial en donde Clara de Tezanos y Juan José Estrada comenzaron a generar nuevas propuestas desde y para el campo fotográfico, con la visión y mística propias de su generación.
Juan José Estrada Toledo: “En nuestros inicios, el panorama de la fotografía en Guatemala tenía algunos referentes. Sin embargo, no existían muchos documentos o publicaciones sobre el oficio, ni una cultura de documentación de la historia de la fotografía en el país. Algunas referencias que descubrimos en el camino fueron, por ejemplo, el libro de la obra de Julio Zadik y alguno que otro folleto de eventos fotográficos, así como algunos documentos especializados.
Entre los espacios, instituciones y artistas que recuerdo de aquel momento puedo nombrar a Foto Europa, Centro Cultural de España en Guatemala –CCEG–, Proyectos Ultravioleta, Club Fotográfico de Guatemala, y artistas como Luis González Palma, Daniel Chauche, Alan Benchoam y los proyectos de Andrés Asturias como el Estudio A2 y la Revista RARA.
Este primer acercamiento al medio artístico nos dio la oportunidad de interactuar con un grupo de personas creativas que mantienen, hasta la fecha, un proceso constante de análisis y reflexión de la realidad. Adicionalmente, tuvimos la suerte de haber coincidido con los avances de la era digital y sus herramientas tecnológicas, ya que de otra manera hubiese sido más difícil trascender las fronteras para exponer nuestro trabajo y el de muchos artistas a nivel internacional.
Cabe mencionar que en nuestros primeros pasos logramos crear una alianza importante con fotógrafos como Alan Benchoam, que ya era toda una institución en el mundo fotográfico, no solo por su trabajo artístico, sino por su labor docente. Un tiempo más tarde logramos coincidir con Andrés Asturias, cuya labor en el mundo del arte ha marcado un precedente importante”.
Clara de Tezanos: “Iniciamos con mucha fuerza y ganas de crear cosas nuevas. Queríamos generar un impacto positivo en el país por medio de un proyecto fotográfico. No teníamos miedo de nada y creo que eso nos impulsó a desarrollar iniciativas en un contexto que carecía de muchos elementos para la producción de arte, especialmente fotográfico.
Comenzamos con la idea fundamental de educar, promover, documentar y celebrar la fotografía. Quisimos generar un proyecto que formara a la siguiente generación de fotógrafos en Guatemala. Profesionales que fueran más allá de la imagen, que produjeran mensajes y reacciones ante varios de los aspectos de su mundo, de su sociedad. Que emplearan de una forma consciente y responsable, la herramienta de la fotografía y que pudieran generar una imagen positiva del país ante el mundo, sin perder la claridad de sus ideas y de su identidad. También queríamos generar conciencia del trabajo artístico local e internacional de artistas consolidados y emergentes, por medio de convocatorias abiertas y exhibiciones en Guatemala y otros países.
Adicionalmente, quisimos aportar al imaginario local información valiosa de otras latitudes por medio de conferencias de artistas internacionales. Al estudiar en universidades de otros países y haber tenido la oportunidad de asistir a los más importantes festivales internacionales de fotografía, pudimos abrir la mente e inspirarnos para crear y promover nuestras ideas. Una experiencia que definitivamente queríamos compartir con las demás personas. Este fue el inicio de La Fototeca”.
UN PROYECTO LLAMADO LA FOTOTECA
La Fototeca se ha consolidado como una escuela y centro de fotografía que gestiona talleres, programas y diplomados, charlas, exhibiciones y eventos culturales. Además, produce festivales especializados y contenido editorial. Promueve el trabajo de fotógrafos emergentes y establecidos, generando puentes con coleccionistas, instituciones, entusiastas y público en general, en torno al arte fotográfico.
La escuela ha sido el pilar de la institución y ha logrado formar a más de 3,000 fotógrafos por medio de cursos impartidos por profesionales nacionales e internacionales. Ha sido un punto de encuentro para el medio de la fotografía en el país, en el que se ha formado una interesante generación de nuevos creadores guatemaltecos, aportando no solamente al medio fotográfico, sino a industrias como el diseño, la publicidad, la comunicación, entre otras.
Clara de Tezanos: “Toda esta historia inició gracias a un genuino amor por el arte fotográfico y el principio fundamental de dar, dar en abundancia. Iniciamos impartiendo clases de lunes a domingo, donando nuestras cámaras antiguas para crear el Museo de la Fotografía, y también nuestros libros para construir una biblioteca que actualmente cuenta con más de 1,000 títulos especializados. Comenzamos a gestionar talleres con artistas y profesionales de otros países, como el caso de Alejandro Cartagena de México, Agustín Fallas de Costa Rica, Christian Witkin y Lydia Panas de Estados Unidos, entre otros. Esta labor requirió que volcáramos toda nuestra energía al proyecto. Por mi parte, tuve que dejar por un tiempo mi carrera como fotógrafa para dedicarme a su dirección, ejecutando ideas e involucrándome al cien por ciento, sumando esfuerzos con Juan José, cuyo talento para desarrollar y hacer crecer los negocios nos permitió que La Fototeca se fuera para arriba en el año 2012, fecha en la que creamos un diplomado de fotografía que duraba un año. Habilitamos todas las instalaciones de nuestra sede para preparar los estudios y crear un canal abierto al mundo fotográfico”.
Juan José Estrada: “Contamos con un edificio en el barrio de 4 Grados Norte, disponible para adecuarlo según nuestras necesidades. Tuvimos además, la sede del Café Despierto, un espacio público perfecto para que artistas y emprendedores interactuaran y generaran ideas y proyectos de forma orgánica, muy al estilo de la Ilustración o Siglo de las Lucea, un rasgo clave en las dinámicas de nuestra generación.
Otro aspecto importante de nuestra labor en La Fototeca fue la necesidad de crear un modelo cultural autosostenible que promoviera el arte y la creación desde una base filosófica mucho más existencial, a diferencia de lo que se venía trabajando en el pasado. La escuela de fotografía permitió generar fondos para el desarrollo y lanzamiento de otros proyectos culturales relacionados, como exhibiciones locales e internacionales, intercambio de artistas y experiencias, además de eventos tan importantes como el festival GuatePhoto. Algunas de estas iniciativas han abierto las puertas al mundo de la fotografía a personas de todos los puntos del país, por ejemplo los programas impartidos a comunidades de Quetzaltenango, Santa Cruz del Quiché, Sololá y la ciudad de Guatemala, en donde los docentes participantes eran alumnnos de La Fototeca”.
Clara de Tezanos: “Sobre esa idea, puedo decir que La Fototeca es una institución que brinda herramientas e información para impulsar el autoconocimiento, para luego poder expresarse por medio de la fotografía. Este es un proceso que genera mucha instrospección en los participantes, una de las características de nuestro enfoque como escuela. Esta didáctica ha tenido eco en el grupo de artistas docentes, con quienes se ha generado una sinergia muy interesante para la aplicación de nuestra metodología educativa. Algunos de los talentosos artistas locales que se han sumado a este equipo son: Luis González Palma , Byron Mármol, Andrés Asturias, Renato Osoy, Juan Brenner, Alan Benchoam, entre otros, destacando el aporte de la educadora Luisa González-Reiche en el diseño de la metodología de la escuela en sus inicios. Por otra parte, hemos tenido la oportunidad de integrar talento internacional como el caso de los artistas Ferit Kuyas, Marco López, Arno Rafael Minkinen, Yvonne Venegas, entre otros, quienes han aportado otras visiones a la experiencia educativa de los alumnos y el público en general”.
HISTORIA DE UN FESTIVAL
El festival GuatePhoto inició en julio del 2010, logrando hasta la fecha cuatro ediciones. La primera de estas fue co-producida con FotoVisura y se llevó a cabo en el Museo Nacional de Arte Moderno “Carlos Mérida” con cinco exhibiciones y más de 400 obras. Entre las exhibiciones se realizó una internacional, cuya convocatoria obtuvo 500 propuestas de 30 países. A su vez, el festival logró reunir a grandes instituciones e individuos del mundo de la fotografía y otorgó la oportunidad a un público de 10,000 personas de presenciar un evento de alta calidad.
Juan José Estrada: “Previo a desarrollar un proyecto de la magnitud de GuatePhoto, tuvimos un encuentro que nos marcó mucho. Ocurrió en el New York Photo Festival 2009, en donde conocimos a la curadora portorriqueña Adriana Teresa y a su esposo Graham Letorney. La curadora gestionaba en esa ocasión una muestra del artista guatemalteco Luis González Palma en Nueva York. Le propusimos la idea de replicar un modelo del festival en Guatemala y ella aceptó la idea, dando como resultado el nacimiento de GuatePhoto en el año 2010”.
Clara de Tezanos: “Adriana Teresa nos abrió las puertas para la internacionalización del festival, por su experiencia y contactos en varios países, especialmente en Estados Unidos, gracias a su gestión en el New York Photo Festival y en FotoVisura. Adicionalmente, considero que esta pareja generó una especie de espejo para Juan José y para mí, por la dinámica que han llevado juntos en el mundo del arte”.
Juan José Estrada: “Es importante mencionar que el festival GuatePhoto se logró gracias a una particular combinación de elementos, iniciando con el apoyo de José Mario Maza, quién abrió las puertas del Museo Nacional de Arte Moderno «Carlos Mérida» para albergar la primera edición del festival. Por otra parte, 4 Grados Norte estaba resurgiendo como un distrito cultural renovado dentro de la ciudad, que proyectaba otra actitud ante el público, abrazando nuestros esfuerzos como centro de arte y fotografía. Adicionalmente, el festival Foto30 tenía cubiertas ciertas temáticas para el público, lo que nos permitió incorporar nuevas reflexiones desde una perspectiva más global, con la participación de muchos artistas internacionales”.
Clara de Tezanos: “Fue impresionante la respuesta del público local y el impacto que generó en la comunidad internacional, desde la primera edición, logrando mucha simpatía y apoyo, sobre todo porque muchos fotógrafos e instituciones estaban sorprendidos por la calidad de producción que se estaba logrando en el país. Esta idea nos sugiere que el festival nació con un espíritu mucho más global, el mismo que ha mantenido a lo largo de 10 años de trabajo.
En la edición de 2012, logramos alianzas muy positivas, trabajando con artistas y gestores como Andrés Asturias y su proyecto Revista RARA. Junto a Andrés, logramos gestionar espacios que posterioremente se convertirían en íconos de la escena artística contemporánea, como el proyecto La Erre en la zona 4 y Fototropía en la zona 13. Ambos espacios fueron obtenidos dentro del proceso de búsqueda de locaciones para el festival.
En el caso de Fototropía, fue un espacio valioso para la promoción de la fotografía dentro del mercado del coleccionimo, logrando promover y posicionar la obra de varios artistas nacionales e internacionales. Este espacio de experimentación buscó generar reflexiones y pensamiento crítico sobre la imagen como medio artístico. En su tiempo de vida, produjo charlas educativas y comercializó el trabajo de muchos artistas emergentes y establecidos, y fue la única galería del país especializada en fotografía.
Otros de los avances logrados en la edición de 2102 de GuatePhoto fue el uso de los espacios alternativos de zona 4 como plataformas de exhibición de la fotografía. Se realizaron 19 exhibiciones y eventos como talleres, charlas, revisión de portafolios y se contó con la participación de más de 60 países, en una convoctoria internacional que tuvo un aproximado de 1,000 solicitudes. Esta edición tuvo la participación de destacados artistas como Roger Ballen y Erwin Olaf, entre otros.
La edición del 2015 también fue memorable por sus logros y su mística particular. Fue el primer festival del país patrocinado por las personas, por medio de una dinámica de crowdfunding, respondiendo al espíritu de la época y brindándonos una retroalimentación inmediata de la fe de los nuevos públicos en relación a la fotografía y la cultura. Se realizaron más de 50 exposiciones en todas las galerías y centros culuturales en la ciudad de Guatemala y La Antigua Guatemala. Recibimos 1,700 solicitudes durante la convocatoria internacional Open Call, con propuestas de 75 países. Adicionalmente, contamos con la presencia de los destacados artistas Marcos López y Arno Rafael Minkinem”.
Juan José Estrada: “Diez años más tarde, podemos decir que GuatePhoto es uno de los festivales de arte y fotografía más importantes de Latinoamérica, por medio del cual hemos podido gestionar exposiciones del más alto nivel, con una execelente capacidad de convocatoria y la calidad necesaria para participar en eventos internacionales como el New York Photo Festival.
La dimensión del festival ha sido comparable a la de referentes tan importantes como el festival PHotoESPAÑA, que en su momento solía producir más de 100 exhibiciones por edición, mientras que nosotros llegamos a realizar más de 50 muestras en la última edición de GuatePhoto.
Esto ha impresionado mucho a la comunidad internacional, porque se confirma que es posible generar un evento de esta magnitud en Guatemala, algo que solo se puede lograr con el apoyo, talento y estilo de trabajo de una nueva generación de profesionales de la fotografía, el diseño y la comunicación, como: Mauricio González, Mariandré Massanet, Kenny Siliezar, Karen Fulhrott, Marcela Polo, David Bozareyes, Víctor Martínez, entre otros.
Gran parte de esta familia se ha logrado integrar a la comunidad de GuatePhoto, acuerpando y fortaleciendo el equipo de trabajo. Por ejemplo, en la edición del 2012, contamos con el apoyo de más de 500 voluntarios. Esto nos alegra porque entendemos que el público se está interesando y vinculando mucho más al medio fotográfico. Este nuevo acercamiento es posible, probablemente, por ser un medio accesible, democrático, que permite crear y expresarse de maneras interesantes con muchas herramientas prácticas y con una capacidad de compartir inmediatamente las ideas con el gran público, más allá de las fronteras”.
LOS APORTES AL MEDIO FOTOGRÁFICO
A lo largo de casi una década, La Fototeca y el festival GuatePhoto han logrado generar vínculos profundos con la comunidad local e internacional en torno a la imagen, mostrando a lo largo de su historia, el trabajo de más de 1,000 fotógrafos de 70 países por medio de 100 exhibiciones y actividades culturales relacionadas, como charlas, presentaciones, sesiones de revisión de portafolios, entre otras.
La Fototeca ha logrado generar propuestas dentro del universo del arte y la fotografía a nivel local e internacional por medio de dinámicas y proyectos que han servido de puente para la difusión del arte fotográfico. Proyectos como Espacio Satélite han servido de plataforma para la exhibición de nuevas propuestas creativas tanto para artistas establecidos como emergentes. El espacio ha contado con muestras como: “Lente Convergente, Territorio Coincidente” de Alejandro Cartagena y, entre otras de Ferit Kuyas, Lydia Panas e Yvonne Venegas, así como otras propuestas de fotógrafos como Ana Werren, Margo Porres y Kevin Frank, entre otros.
La interacción y disfusión a nivel mundial ha sido uno de los puentes para conectar el talento local con públicos de varias latitudes. La Fototeca ha impulsado la participación de alumnos y artistas en festivales internacionales como el Pingyao Photo Festival en 2013 y 2014, en China, o en el Palacio de Cibeles de Madrid, España en el año 2014. Dinámicas como la revisión de portafolios o las residencias artísticas han servido para generar sinergias entre artistas locales y extranjeros, dentro de estos cabe mencionar eventos de revisión de portafolios en el Festival de la Luz, FotoFest, Photolucida, Trasatlántica PHotoESPAÑA, Tokyo PhotoFestival, entre otros, y las residencias artísticas de alumnos como Kevin Frank en Marsella, Francia y Meme Coguox en Madrid, España.
El proyecto Prisma ha sido uno de los recursos más importantes de la labor de documentación realizada por La Fototeca. Por medio de publicaciones periódicas, muestra una selección de los artistas jóvenes más destacados del medio, estableciendo un mapa del contexto cultural por medio de las voces de las nuevas generaciones de creadores. En su tercera edición, ha mostrado un acercamiento intersante a los actores del presente, impulsando su trabajo y su labor creativa dentro del medio del arte local e internacional.
En la cuarta edición del festival, la visión apunta hacia el interior, hacia lo local, hacia aquello que ha captado la atención de fotógrafos y creadores guatemaltecos a lo largo de la historia. Para esto ha sumando dos grandes innovaciones y aportes históricos: la producción del libro “Lenguajes de Luz. Dos siglos de fotografía en Guatemala (XIX–XXI)”, y el primer Premio Nacional de Fotografía “Luis González Palma”, con el que se honra el trabajo y trayectoria de este reconocido artista guatemalteco, y a su vez, se estimula la creación de los nuevos talentos en el medio.
Clara de Tezanos: “Siempre hay relevos y cada generación va marcando su camino. Por ejemplo, la mía creció con las referencias de los archivos fotográficos de CIRMA o de la escuela del Grupo Imaginaria y su etapa posterior, Espacio Colloquia, o del trabajo de fotoperiodismo de la guerra interna del país. Posteriormente llegó una nueva generación que tuvo sus propios referentes locales e internacionales, cuyos proyectos y equipos de trabajo como el de La Fototeca y La Erre comienzan a generar una influencia muy importante.
El mundo del arte contemporáneo dirige ahora su mirada hacia esta nueva generación, dentro de la que destacan alumnos egresados de La Fototeca. Varios de ellos ya tienen un cuerpo de trabajo que les abre puertas tanto adentro como afuera del país, algunos de ellos son Ana Werren, Margo Porres, Santiago Penados, Kevin Frank, Bea Zamora, Debbie Medina, Martín Wannam y el Colectivo Agalma, entre otros.
Analizar estas relaciones generacionales nos permite entender el momento y lugar en el que nos encontramos en el presente. Un presente que queremos dejar registrado en las páginas de la historia, en especial en este libro”.
Juan José Estrada: “Uno de los objetivos primordiales del presente ejercicio de investigación y documentación es reconocer que nosotros representamos solamente un capítulo de una historia mucho más extensa: la historia que Guatemala le ha aportado a la fotografía. Porque hemos sido un país referente de trabajo y desarrollo para el medio fotográfico de la región. Esto lo podemos apreciar, no solamente por medio de la labor de las instituciones culturales, sino de la obra y trayectoria de artistas como Luis González Palma, que han trascendido las fronteras.
Esta es una breve muestra de la evolución y del aporte de todos los actores participantes, que han posicionado al país y al medio fotográfico a nivel mundial. Es un aporte a la teoría y a la documentación para el estudio de la fotografía de Guatemala.
Creemos que es importante trazar un puente hacia las nuevas generaciones, demostrando que en Guatemala es posible el desarrollo de campos como el fotográfico. Esperamos que esta llama y efervescencia no muera nunca y sea relevada en el futuro”.